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09/06/2010 | 11:04hs
LOCALES
El edificio de la escuela Regional se encuentra en estado deplorable

La ausencia de porteros solamente es la punta de un problema más profundo: el deterioro del edificio. Baños, pisos, techos y canaletas necesitan una intervención urgente. Los docentes no volverán a dar clases hasta que tengan una solución.

La escuela Regional “José Manuel Estrada”, una de las instituciones educativas más antiguas y representativas de la ciudad de Corrientes, se encuentra en un estado de abandono deplorable. Esto llevó a que los profesores, apoyados por los tutores, decidieran suspender el dictado de clases desde ayer y hasta que se solucionen los problemas de infraestructura.
El Ministerio de Educación envió una supervisora a visitar la escuela aunque, por el momento, no se definió el inicio de trabajos de reparación.
La “gota que colmó el vaso” fue el estado de tres de los cuatro baños del edificio. Sin agua, sin puertas, con las canillas rotas y con humedad en los techos estos espacios muestran la parte más decadente de la educación.
Por otra parte, los pisos de madera de la planta baja se están rompiendo. La escuela realiza parches, pero llega un momento en que los mismos no alcanzan y se hace necesario el recambio total o la sustitución por otra tecnología.
Además, desde el subsuelo de los pisos de la planta baja suben ratas y, en varias oportunidades, los alumnos del nivel primario las encontraron sobre los pupitres al ingresar al aula en horas tempranas.
También se hace necesaria la reparación de las canaletas. Algunas están obstruidas y los días de lluvia el agua ingresa al cieloraso y humedece las paredes.
En tanto, desde la dirección, piden que la ex casa del portero ubicada dentro del predio de la escuela, en la esquina de Cabral y Pampín, abandonada desde hace tiempo, sea recuperada y pueda ser utilizada por los chicos del jardín. En la actualidad sirve de alojamiento de personas de la calle y para delincuentes, según aseguran los profesores.
El problema afecta a los tres niveles de enseñanza de la institución (jardín, primario y secundario); que cuenta con 1.700 alumnos y cerca de 300 educadores.
La escuela cumple 123 años el próximo 15 de junio y el edificio 90 en la misma fecha. Sin duda este acto de recordación encontrará a la comunidad educativa convulsionada y al establecimiento sin clases.
Ayer, al ingreso de las clases, los docentes informaron a los tutores que no darán actividades hasta que “se solucionen todos los problemas edilicios y de personal”.
La rectora Alicia Díaz explicó que tenían ocho porteros, cuatro fueron dados de baja y los otros cuatro están trabajando, sin embargo son personas de edad avanzada o con problemas de salud. “Estos arreglos se vienen pidiendo por nota desde hace tiempo, no es algo nuevo”, sostuvo la directiva. Los baños de la planta alta tienen el cielorrazo deteriorado por la humedad y a punto de caerse. Se debe a que las canaletas están tapadas y el agua de lluvia ingresa.
Las puertas de los baños no existen o están rotas, quitandole su privacidad.
Las canillas dañadas y los caños de las mismas y de los mingitorios corrieron igual suerte. El agua de los tanques se acaba a las 10 de la mañana, quedando todo el establecimiento sin el líquido.
A esto hay que sumar la falta de limpieza por ausencia de los porteros, lo que cierra el cuadro de peligro de transmisión de enfermedades.

El reclamo de los docentes cuenta con el apoyo de los tutores y de los directivos de la escuela. Ayer, antes del ingreso a clases, los educadores explicaron a los padres la determinación y porqué la realizaban.
La rectora Alicia Díaz sostuvo que, en el mes de marzo, se realizaron arreglos pero “sólo a una parte de la escuela”. Ayer, la docente envió al Ministerio todas las notas con los antecedentes de los pedidos de reparación hechos.
En tanto, los profesores reclaman porteros para mantener la limpieza y un personal de mantenimiento permanente en el colegio para realizar pequeñas reparaciones. El piso de la planta baja, en donde dan clases los alumnos de la escuela primaria, es de madera, debajo de ellos hay una capa de aire. Sin embargo, este “subsuelo” está lleno de basura pues hace años no se limpia. Esto hizo que alimañas, como ratas, cucarachas y otras, encuentren allí su alojamiento.
Esto pone en peligro a los niños que pueden caer en estos agujeros; pero además es habitual encontrar ratas en el salón de clases.
El problema no sólo es de infraestructura sino también de salubridad, pues estos animales transmiten enfermedades. Es necesaria una urgente solución. El establecimiento debió improvisar una cocina debajo de una escalera, en la planta baja. Cientos de niños del nivel primario desayunan en la escuela y su comida se prepara en un lugar que no es apto para este tipo de quehaceres.
Además, al no ser un ambiente preparado para estos trabajos, no cuenta con canilla ni con pileta.
Unos improvisados mármoles hacen de mesada, y los utensilios de cocina y el anafe están guardados tras una reja.
Espacio sobra en el terreno de la escuela, como para que se construya una nueva cocina, falta la decisión administrativa del Ministerio de Educación.

FM 101.7 "Estudios V.C."