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11/04/2011 | 11:35hs
INTERNACIONALES
Confesaron los dos hombres que le vendieron el arma al asesino de Río de Janeiro

Los detuvieron y reconocieron que fueron ellos los que le consiguieron el revólver calibre 32 a Wellington Menezes de Oliveira, con el que mató a 12 niños en una escuela. Ganaron 38 dólares con la operación.  

Dicen que cuando le dieron el revólver calibre 32 jamás imaginaron que lo iba a usar para masacrar a 12 niños. Por eso, aseguran, están arrepentidos. Dos hombres fueron detenidos hoy por la Policía Civil acusados de haberle vendido a Wellington Menezes de Oliveira el arma con la que provocó una de las masacres más terribles que recuerde Río de Janeiro.

Isaías de Souza, de 48 años, y Charleston Souza de Lucena, de 38, admitieron que le vendieron el arma al agresor y lamentaron haberlo hecho. Al menos, eso aseguró el funcionario Altamir Ribeiro, sin dar más detalles al anunciar la detención.

Diez niñas y dos niños de 12 a 15 años fueron asesinados a balazos el jueves en la escuela pública Tasso da Silveira, la mayoría alineados contra una pared donde De Oliveira, de 23 años, les disparó en la cabeza desde corta distancia.

De Oliveira, identificado como ex alumno de la escuela, se mató con una de las pistolas al ser emboscado por la Policía. Al menos otros 12 estudiantes también fueron heridos y se teme que pueda aumentar la cifra de víctimas. La secretaría de Salud del Estado de Río reportó que otros tres niños estaban muy graves y conectados a un respirador artificial.

Por el momento, los dos hombres detenidos no han sido acusados formalmente. De acuerdo con la ley brasileña, los fiscales presentan la acusación solamente después que la policía ha concluido con la investigación.

Pero se espera que sean acusados de venta ilegal de arma de fuego, un delito castigado con hasta ocho años de prisión, dijo el comisario Felipe Ettore al
presentar a los sospechosos a la prensa.

Los acusados aseguraron que desconocían las intenciones del asesino y dijeron que nunca le habrían vendido el arma de saber que planeaba una acción de tales características.

Souza de Lucena, cerrajero de profesión, explicó que le cambió la cerradura de casa a Oliveira hace unos pocos meses, cuando éste le preguntó si conocía a alguien que vendiese armas y entonces se puso en contacto con De Souza para conseguir el revólver.

La Justicia decretó la prisión preventiva de los dos sospechosos, que ya tenían antecedentes penales por lesiones corporales y amenazas.

La Policía informó que los acusados vendieron el arma por 260 reales (unos 165 dólares) y ganaron 60 reales (cerca de 38 dólares) con la operación. Todavía no hay pistas sobre la procedencia de la otra arma utilizada por el asesino, un revólver de calibre 38, puesto que el número de serie estaba borrado, según la Policía.

En tanto, hoy se realizó una ceremonia privada para la última víctima de matanza del jueves, Ana Carolina da Silva, de 13 años. Unos 15 familiares que vestían camisetas con una foto de la niña asistieron a la casa velatoria donde fue incinerada y no quisieron hablar con la prensa.

Unas 300 personas hicieron un abrazo simbólico alrededor del colegio en memoria de los estudiantes muertos. Por varios minutos, rezaron y entonaron salmos.

"Tenemos que volver a poner en función a la escuela, por los muchachos"", dijo Marcos Gerbatim, un abogado que estudió en la escuela. "No podemos permitir que una persona destruya a nuestra comunidad"".

La policía encontró al menos 60 casquillos en el lugar de la masacre. Las autoridades que allanaron la vivienda de Oliveira dijeron que el joven había quemado su computadora.

Aunque De Oliveira dejó una carta en el lugar del ataque, en ella no dijo nada sobre el motivo de la matanza. Su cadáver permanece en la morgue de Río y las autoridades dijeron que ningún miembro de su familia ha ido a reclamarlo.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, decretó el pasado jueves tres días de luto oficial en honor de las víctimas.
 

FM 101.7 "Estudios V.C."