El Gobierno de Obama alertó sobre "importantes restricciones" a la libertad religiosa en el régimen castrista y casos de "acoso" e "intimidación" en Venezuela, al tiempo que constató de nuevo que países como Irán, China y Birmania siguen sin respetar ese derecho
En su informe anual sobre la libertad religiosa en el mundo, el Departamento de Estado indicó que el régimen de Raúl Castro impuso el año pasado restricciones a la libertad religiosa y que, pese a que varios grupos de creyentes informaron avances, se siguen presentando "importantes" trabas al disfrute de esta garantía.
En cuanto a Venezuela, los EEUU señalaron que "generalmente respetó en la práctica la libertad religiosa", pero que aquellos grupos que criticaron al Ejecutivo "fueron objeto de acoso e intimidación".
La Iglesia católica observó críticas por parte de los medios de comunicación patrocinados por el Gobierno, según Washington, que recordó, además, incidentes contra Israel y los judíos en ese país.
Pero la libertad religiosa está sobre todo bajo amenaza en regímenes autoritarios que abusan de sus propios ciudadanos, en países donde grupos extremistas violentos explotan y exacerban las tensiones sectarias y donde persisten la intolerancia y la desconfianza, señaló la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Destacó, asimismo, que varias naciones europeas han impuesto "duras restricciones" a la expresión religiosa.
El informe hace referencia, por ejemplo, a la prohibición de construir minaretes en Suiza, y a la ley francesa contra el burka.
En cuanto a España, los EEUU también subrayan "algunos abusos sociales o discriminación contra judíos y musulmanes basados en la afiliación religiosa, la creencia o su práctica" en ese país.
Además de Cuba y Venezuela, el Gobierno de Barack Obama incluye en su "lista negra" a países considerados violadores más severos de la libertad religiosa, como Birmania, China, Irán, Corea del Norte y Sudán, todos con sanciones de Washington por no respetar este derecho.
En Birmania, la Junta Militar impuso restricciones a ciertas actividades religiosas, aunque en general permitió a los grupos registrados practicar su culto.
No respetó las provisiones que prohíben la discriminación basada en la religión, vigiló actividades de organizaciones religiosas y restringió "sistemáticamente" los esfuerzos de los monjes budistas para promover los derechos humanos y la libertad política.
En el caso de China, la Constitución protege las "actividades religiosas normales", pero las autoridades tienen un amplio margen para decidir lo que es "normal", según Estados Unidos.
Después de los disturbios en julio de 2009 en la Región Autónoma Xinjiang Uigur, el Gobierno chino incrementó las ya de por sí fuertes restricciones contra los uigures, apuntó Washington.
Pese a ello, ha habido evoluciones "positivas", como una mayor apertura para las actividades de las religiones tradicionales.
Estados Unidos es especialmente duro con Irán, donde, según el informe, el respeto a la libertad religiosa "seguía deteriorándose", con "severas restricciones", detenciones, acosos, intimidaciones y discriminaciones basadas en las creencias.
Medios de comunicación controlados por Teherán "intensificaron sus campañas negativas" contra minorías religiosas, particularmente contra los bahais.
En Corea del Norte, por su parte, EEUU encontró que la "verdadera libertad" religiosa "no existe" y que no hubo ningún cambio en el clima "extremadamente pobre" para practicar el culto.