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En la quinta audiencia del juicio por el brutal crimen de Ramoncito González ocurrido en la localidad de Mercedes en octubre de 2006, se dio inicio a la ronda de testimonios. Declararon seis testigos y dos no se presentaron. La mayoría de los que comparecieron se mostraron temerosos y con falta de memoria para recordar los sucesos que vivieron en los días de desaparición y muerte del niño. El debate continúa hoy con el testimonio de Norma González, madre del chico asesinado.  

La primera en declarar por la mañana fue María Luisa Ramírez, quien se refirió a la desaparición de Ramoncito González a quien apoda “Moná”. Recordó que el viernes 6 de octubre a eso de las 20:30, estaba en la Terminal de Omnibus y en circunstancias que se va con los chicos Alfonso José y Alfonso Víctor, se acerca “Moná” y les pide moneda, es entonces cuando la declarante le dijo que se vaya del lugar y que fuera para su casa.

Dijo que en esa oportunidad el chico tenía puesto un short y una remera que no recuerda los colores, “tenía un cuaderno con forro verde y lunares blancos, tenía un lápiz y una bolsita blanca como la de supermercado”. Contó que alrededor de las 22 llegó la madre de Ramoncito diciendo que su hijo había desaparecido y que al otro día le aconsejó que haga la denuncia porque el menor seguía sin aparecer.

Luego compareció ante el Tribunal Nélida Villaba que no aportó nada en la causa. Según el testimonio de Ramírez, Villaba estuvo con ella el viernes 6 de octubre, pero la testigo lo negó. Es por eso que en el avance del proceso se tiene previsto hacer un careo.

Cerca del mediodía declaró Mirta González, quien fue la que se mostró más temerosa. También se refirió a la desaparición de la víctima y la búsqueda de su madre iniciada en la noche del 6 de octubre de 2006.

En la jornada no comparecieron el oficial principal Alfredo Valentín Salazar y la oficial Magdalena Morales. Desde Secretaría se informó que del primero se desconoce si le llegó la citación, en tanto Morales presentó un certificado médico.

Ya por la tarde declaró Ramona Apolinaria Silva, quien fuera la persona que diera aviso a la fuerza pública sobre el hallazgo del cadáver.

Manifestó que el 8 de octubre de 2006, se había levantado a las 8 de la mañana, que salió al patio de su casa caminando y vio a un perro en el fondo de su patio que estaba comiendo algo, como que estaba tironeando. Se dirigió al lugar para saber qué había, ya que pensó que su vecina le había tirado una gallina muerta. Al arrimarse observó que era el cuerpo de una criatura sin vida y a su lado tenía la cabeza suelta. De inmediato buscó a su hija y comunicó lo ocurrido.

El cuerpo fue encontrado en el fondo de la vivienda de la señora Silva, la cual está ubicada en la avenida Independencia y ex vía del Ferrocarril.

Lo llamativo fue que a la mujer se le exhibió al menos 30 fotografías que fueron tomadas en la escena donde fue hallada la víctima, pero no pudo reconocer el lugar.

Luego fue el turno de Carlos Alberto Barrios, hijo de Mirta González. Estuvo temeroso y hubo que leer su declaración para que recordara lo que había testimoniado en la etapa investigativa.

Para hoy está previsto que declare Norma González, la madre de Ramoncito. Su relato se centrará en la desaparición y búsqueda de su hijo.