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En Rosario, el selecccionado derrotó 2 a 1 a Alemania y definirá el Mundial el sábado con Holanda; Lucha Aymar y Lucchetti marcaron los goles argentinos; descontó Stockel, a tres minutos del final.

Todo celeste y blanco. Globos con los colores de la bandera argentina y clima de fiesta en las tribunas del estadio mundialista de Rosario. Emoción en Las Leonas, quienes no pueden creer las doce mil personas que otra vez se juntaron aquí para alentarlas y que entonan el himno de una forma que eriza la piel de cualquiera. Segunda semifinal del día. Argentina-Alemania, con el mismo objetivo de llegar a la final donde ya estaba Holanda, clasificado tras empatar 1-1 con Inglaterra y ganarle en la definición por penales.

Y salieron con las garras afiladas Las Leonas, listas para comerse a su presa. Con más energías que nunca de ganar y clasificar a la final. Con una Luciana Aymar en un nivel extraordinario, con dos acompañantes de lujo arriba, como Carla Rebecchi (en su mejor partido en el Mundial) y Soledad García, pero también con una defensa y un mediocampo sólidos y una Belén Succi en el arco listo para salvar cualquier desatención, como a los 15 minutos, con un tiro de Janne Müller-Wieland, la única jugadora que vio una tarjeta en todo el primer tiempo.

Más allá de esa jugada aislada, todo fue de Argentina en los primeros minutos, en los que se pudo ver una Alemania con una aguerrida marca personal, que intentaba complicar la salida de Las Leonas. Algo imposible porque cuando no aparece el equipo, la que aparece es Lucha Aymar, llevándose rivales a su paso, como a los diez minutos cuando primero dejó a tres en el medio y luego, antes de ingresar al círculo, no sólo consiguió la infracción y la tarjeta verde de Müller-Wieland, sino que también provocó la humillación de las dos alemanas que la marcaban y quedaron tiradas en el sintético viendo como ella hacia magia.

Tres corner corto tuvo el primer tiempo pero allí Argentina tampoco pudo encontrar la ventaja. En el primero, a los tres minutos, la arrastrada de Barrionuevo reventó el poste y le impidió a la Argentina conseguir rápidamente el gol. En el segundo, a la arquera Reynolds se le filtra la bocha y una defensora evita en la línea el primer tanto, mientras que en el último, el intento de Rossi de pegada se va desviado.

No fue en la jugada fija, no fue porque está ella. La única, la mejor jugadora de hockey de la historia. Y porque a diez minutos del final, recibió en la puerta del círculo un pase de Barrionuevo, se sacó de encima a una alemana, hizo tres quiebres de cintura para eliminar a la otra y definió con un tiro bajo y potente para el 1-0 que tanto le había costado al equipo de Retegui. Y tal vez por efecto contagio, Barrionuevo, a seis del final, casi aumenta la diferencia desde el cuarto corto argentino, al sorprender y eludir antes de rematar desviado.

Con el partido más emparejado en el segundo tiempo, Argentina comenzó a presionar bien arriba al ver que podía complicársele el encuentro con Alemania. De esa forma, bloqueaban las dos primeras líneas del rival, que obligadamente tenía que saltear de la defensa a la tercera línea, sin pasar la bocha por el medio, algo que casi siempre terminaba con la pérdida de la pelota y la posesión de Argentina y, a consecuencia, de Luciana Aymar. El gran trabajo de Scarone y Rossi, los dos tractorcitos del medio, también son para destacar, porque ellas fueron las que soportaron, muchas veces en desventaja, la embestida alemana cuando las volantes ofensivas se iban al ataque.

A los 24 minutos, Russo intentó llegar al segundo con un remate que se fue cerca del palo derecho de la arquera Reynolds. Todo el banco se lamentó agarrándose de la cabeza, al igual que Nené desde adentro de la cancha. Un minutos después, lo tuvo Scarone al gol, tras recibir en el círculo una habilitación precisa de Sole García. Sin embargo, fue a los 28 cuando llegó el 2-0. La cordobesa volvió a habilitar a una compañera, esta vez con un jugada por el sector izquierdo. García manda la bocha al arco, la arquera la toca con el pie izquierdo pero sin poder evitar la aparición de Luchetti, para desviarla y aumentar la merecida aunque costosa ventaja sobre Alemania para que Argentina se meta a la final. Y aunque llegó el descuento, cuando quedaban dos minutos, por intermedio de Stöckel, nada cambió haber llegado a la definición del torneo.

Será la final esperada desde el arranque del torneo. Argentina-Holanda volverán a verse las caras, como en el Champions Trophy de Nottingham de este año que quedó en manos de Argentina por tercera vez consecutiva. Esa definición entre los dos mejores equipos del mundo para que muchas Leonas puedan darse el gusto de ir por el oro en casa, por ese oro que se les niega desde hace ocho años, cuando esta historia del deporte argentino estaba gestándose.