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14/06/2010 | 17:32hs
INTERNACIONALES
Se largó la campaña presidencial en Brasil y Lula dice que no será fácil

Dilma Rousseff, la oficialista, y el opositor José Serra hablaron en actos partidarios. Por razones distintas, ambos políticos tienen un mismo corsé: se llama Lula da Silva. Justamente ayer el presidente brasileño advirtió: “No existe elección fácil; hay que trabajarla 24 horas al día”.

Dilma Rousseff citó ayer 30 veces la palabra “Lula” en un discurso de 50 minutos durante el acto que la oficializó como candidata presidencial de una amplia coalición. José Serra, su adversario, usó en cambio 50 veces la palabra Brasil en su mensaje a la militancia, durante la convención partidaria que lo lanzó a la carrera por el Palacio del Planalto. Vale para los dos competidores en el comicio presidencial del próximo mes de octubre, que escucharon uno en Salvador y la otra en Brasilia el disparo de largada . La lucha es tan apretada que no dará descanso a los contendientes: el ex gobernador empezó con 30 puntos arriba de su rival femenino y hoy sufre el empate. Serra, líder del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), decidió vestir la camiseta de la selección. Sin criticar al actual gobierno, buscó diferenciarse a través de una consigna: “El Brasil que puede más”. Pero el público que lo acompañaba no se entusiasmó. Es que el candidato no logra conquistar el corazón del Nordeste brasileño, la región del país que más se benefició en términos económicos durante los 8 años con Lula. Solo en el estrado, y sin que todavía se conozca quién será su compañero de fórmula, tachó a su oponente de paracaidista . “No comencé ayer (en la política). No caí en paracaídas”. En esa línea eligió elípticamente comparar a Lula con el rey absolutista Luis XIV. “El creía que el Estado era él. En las democracias y en Brasil no hay lugar para Luises así”. La estrategia del ex gobernador, según explican los analistas brasileños, se apoyará en esencia en un elemento: demostrar que él tiene una experiencia más sólida y amplia que Dilma Rousseff. Compitió con Lula en 2002 y fue gobernante, primero en la intendencia de San Pablo y luego en el Ejecutivo del estado paulista. Esa será la clave de su campaña. Pero según señaló el sociólogo Marcos Coimbra, director de la consultora Vox Populi (una de las tres grandes encuestadoras brasileñas), esa táctica tiene un límite: “Serra parte de un piso alto (en las encuestas) y un techo limitado por el tipo de elección, en que el elector se pronuncia sobre políticas y (cualidades) de los gobiernos, y no sobre biografías”. En esto reside, tal vez, el principal desafío del candidato de la oposición: cómo enfrentar las comparaciones entre el período de Fernando Henrique Cardoso que terminó, literalmente, con la hiperinflación en puerta y un real por el piso; contra los 8 años de Lula que muestran un país con tasas de crecimiento récord y un nivel de desempleo que figura entre los más bajos de la historia brasileña. Con Lula al lado, codo a codo, ayer la ex ministra Dilma Rousseff pudo gozar una vez más de la presencia de su principal puntero. Vestido con la tradicional camisa roja, de estilo en los encuentros partidarios, Lula fue la estrella de la convención de la víspera. “Será la primera vez que no estará mi nombre. Pero para llenar este vacío ahora me llamo Dilma Rousseff. Vamos a ganar estas elecciones.” ¿Le hizo un favor? La respuesta vino del sociólogo Coimbra, en función de una pregunta que le formuló el periodista Ricardo Noblat: “¿Dilma no corre el riesgo de que el elector concluya que votar a ella no significa votar a Lula?” Coimbra replicó: “No, el elector sabe que ella no es Lula. Quien piensa en votar a Dilma no cree que Lula vaya a mandar, pero sí que ella preservará lo que él hizo (en su gobierno)”. Tambien dio otro dato: para ganar, Serra tiene que rezar para que Dilma “se equivoque mucho”. Hay que ver cómo reaccionará la candidata en el primer debate público, una arena en la que ella no tiene tradición. Consciente de sus puntos débiles, Dilma eligió diferenciarse del “Gran Elector” por su condición de mujer : “Quiero ser la primera presidenta en el comando del país”. La ex ministra, que tendrá como compañero de fórmula a Michel Temer, un avezado político del Partido por el Movimiento Democrático (PMDB), sostuvo ayer: “Brasil podrá ser gobernado por una mujer que va a continuar el Brasil de Lula, pero con alma y corazón de mujer”.

FM 101.7 "Estudios V.C."